Fernando fue un conocido perro vagabundo que vivió en la ciudad de Resistencia, provincia del Chaco, Argentina, en la década de 1950 y principios de 1960. Se hizo conocido entre los habitantes de la ciudad por frecuentar bares y conciertos a los que concurrían músicos, artistas y políticos de la capital.

Murió el 28 de mayo de 1963 y fue noticia nacional, porque hasta los diarios de Buenos Aires se hicieron eco de ello. Asimismo se dice que su entierro fue el más concurrido en la historia de la ciudad de Resistencia.
Sus restos fueron enterrados en la vereda de El fogón de los arrieros, un museo de la ciudad. Allí puede leerse un epitafio que dice «A Fernando, un perrito blanco que, errando por las calles de la ciudad, despertó en infinidad de corazones un hermoso sentimiento».

Después de su muerte, ha recibido muchos homenajes por parte de músicos y artistas, más dos esculturas en la ciudad: una sobre su tumba y una última de bronce frente a la Casa de Gobierno provincial.
